viernes, 27 de enero de 2017

Limpieza de sentimientos románticos


                                     Limpieza de sentimientos románticos





Se encontraba nerviosa, muy nerviosa, la clase había pasado como si de una eternidad se tratase, apenas había atendido a la explicación del profesor, estaba en clase de matemáticas o de física? Ese profesor, calvo con una pequeña coronilla de pelo a los lados debería ser el profesor de matemáticas, si matemáticas, ya había salido alguien a la pizarra y se había quedado bloqueado ante la formula que había explicado hacia unos minutos y nadie se había atrevido a decir que no la entendía ni por asomo. Por fin la campana sonó, despertando a Ami de aquel sueño estando despierta, levantándose rápidamente del pupitra casi olvidándose su mochila y de recoger la mesa, se asombro bastante, ese profesor muy avispado no era tenia el libro de lengua abierto y no se había dado cuenta. Las amigas la esperaban a la salida, tenia tres con las que siempre salia, una de ellas era bajita pero tenia muy buen ver, otra mas alta con un largo cabello y la ultima era la típica presumida, daba igual lo que hicieran las demás ella siempre era mas. Ami intento seguir la conversación, hablaban de un chico o de una pagina web que acababan de encontrar, no estaba del todo segura, pero no importaba ya había llegado a su casa gracias a que hacían la ruta juntas para no ir solas por la calle tan de tarde, balanceo la mano y se despidió con una sonrisa amable antes de cruzar la verja.
La casa de Ami era grande, sus padres trabajaban en una multinacional y ganaban bastante dinero así que era una niña de buena familia. La casa tenia unas tres plantas mas la planta baja, la primera era cocina y salones, la segunda tenia las habitaciones, la tercera los despachos de sus padres y la ultima era el desván que por seguridad estaba siempre cerrado ya que estaba lleno de trastos. El jardín no era inmenso, no les gustaba demasiado las plantas pero había un par de setos recorriendo la pared exterior y unas jardineras preciosas en las ventanas que daban un toque hogareño. Ami paso la puerta principal con un codigo y tuvo que teclear un segundo código en la puerta a parte de la llave que siempre llevaba encima para poder entrar dentro de la casa.
-Buenos tardes señorita Ami, ha pasado un buen día?- Pregunto una voz que hizo sonreír a Ami casi al instante.
Como sus padres no se encontraban en casa muy a menudo, esta era una de esas ocasiones en las que se tirarían mas o menos una semana cada uno sin aparecer, habían decidido que su hija no podia quedarse a la tierna edad de 15 años sola en casa tanto tiempo, así que habían contratado servicio domestico para limpiar la casa y hiciera compañía a la joven. Allí se encontraba Mariko, una chica nueva que había entrado haría menos de un mes pero que ya había hecho aquella casa de lo mas acogedora con su buena actitud y su sonrisa que parecía eterna. El cabello de Mariko estaba recogido en una coleta que caía en cascada por su espalda, Ami tenia envidia, sus padres no dejaban que lo tuviera largo y Mariko lo tenia brillante siempre por los productos que se ponía, se notaba que estaba bien cuidado. Ademas de llevar siempre una coleta, Mariko llevaba su traje de maid reglamentario, un vestido negro con muchas volandas blancas a los filos de la ropa, un delantal blanco desde el pecho hasta la cintura, una pequeña cofia en la cabeza también blanco y finalmente un lacito rojo para resaltar los colores del traje de maid. Opcionalmente a veces llevaba un ligero negro a modo de medias, aquel dia lo llevaba también quizás para resaltar su figura de maid que a los ojos de Ami era de lo mas hermoso.
Cuando ambas se miraron se sonrojaron al instante ya que sabían lo que había entre ellas, no había pasado de repente pero con el paso de los días Ami y Mariko se habían hecho muy amigas y después de un día de baño digamos que se habían hecho de lo mas cercanas, se daban cariño mutuamente y prácticamente eran pareja pero no lo podía ir diciendo por ahí como si nada.
-Si, hoy el profesor se a puesto pesado con las matemáticas pero he atendido muy bien. -Dijo Ami con una sonrisa sonrojada antes de mirarla con curiosidad. -Tendré recompensa?
El tono de Ami era picante cosa que sobresalto a Mariko, pero esta asintió sabiendo que a ambas les gustaban los juegos.
-Claro que si, ve a la sala que te serviré la merienda.- Informo mientras se ausentaba a la cocina de donde salían ruidos de platos y de cacerolas.
Sin cambiarse de ropa, aun llevando su uniforme de la escuela Ami se sentó en el sala esperando a que trajeran su merienda, casi parecía que su estomago estaba rugiendo de impaciencia antes de que Mariko se acercara con una bandeja llena de dulces y una taza de te con leche que humeaba. Rápidamente empezó a comer, de forma delicada si pero con ganas de comer, desde la hora del almuerzo que no las dejaban probar bocado y eso hacia ya un buen par de horas.
-Esta a tu gusto señora?- Pregunto Mariko preocupada de que no hubiera acertado con la recompensa, no siempre era algo pervertido o lujurioso, por lo general tomaba una merienda menos sustanciosa y el que la hubiera permitido tomar dulces era mas que suficiente para Ami.
-Me encantan los dulces.- Dijo con una voz melosa Ami antes de mirarla con un trozo de nata en los labios y cerrar los ojos para esperar algo mas dulce que la nata.
No tuvo que esperar demasiado ya que Mariko se fue acercando a Ami y, tomándola de la nuca, se fundio en un beso tierno con la menor, moviendo un poco la lengua por sus labios para tomar toda la nata antes de mirarse de nuevo.
-Eres una traviesa...cuanto tiempo llevas así?- Pregunto Mariko sabiendo que Ami estaba de lo mas impaciente ya que había empezado a temblar.
-Es que...desde ayer por la noche cuando dormimos juntas...no puedo quitarte de mi mente Mariko...no puedo dejar de pensar en ti.- Confeso Ami antes de abrazarse a ella para robarle otro beso, esta vez levantándose un poco de la silla casi tirándola al suelo por el impulso.
Mariko era mas mayor y había vivido mas así que no le tomo por sorpresa del todo aquel beso pero si que tomo la iniciativa en el acercamiento de Ami, no la iba a dejar estar así.
Con una mano rodeo la cintura de Ami y con la otra rodeo su nuca, apretándola mas a su cuerpo mientras la pequeña se dejaba hacer por la maid, sabiendo que la había activado y ahora no la iba a dejar ir. Recordaba la primera vez que se besaron, se quedaron una noche mirando una película romántica en la televisión, Ami se había tumbado en el sofá y como si fuera por un impulso en vez de poner la cabeza en una de los cojines había colocado la cabeza en las rodillas de la maid y ese fue el punto de no retorno, cuando se encontraron ambas en esa posición ninguna quiso parar, ninguna quiso ocultar lo que sentía por la otra.
Ahora la mano de la maid se deslizaba por debajo de la falda de Ami que sin oponer resistencia se abrió un poco de piernas para facilitarle el acceso, los juguetones dedos de Mariko comenzaron a palpar toda la delicada tela, desde arriba hasta abajo, dejando a una jadeante Ami atrapada por su abrazo y por sus brazos mientras la miraba en todo momento, cada reacción o movimiento de su cuerpo. Entonces dejo de abrazarla para abrir la camisa de su traje de maid, dejando ver que no llevaba sostén solo la tapaba la tela especial del traje y seguidamente también abrió la camisa del uniforme escolar para poder apartar con gestos rápidos su sostén, mirándola cada vez mas traviesa.
-Tan...tan de golpe?- Intento preguntar Ami pero ya no dependía de ella, esa pregunta quedo ahogada entre besos de Mariko que lentamente la iba arrinconando contra la pared dejando que sus pechos se juntaran, acariciándose con cada movimiento y respiración provocando que la temperatura fuera aumentando. Aunque no lo dijera abiertamente, Mariko estaba igual o pero que Ami, había estado todo el día en la casa de su adorada ama, había visto su ropa, su habitación y se había tumbado para quedarse con su aroma impregnado en su traje para poder trabajar pensando en ella, si Ami no había atendido a las clases, Mariko no había atendido del todo a su trabajo excepto en el cuidado de la pequeña.
Ami se sentía atrapada pero era demasiado delicioso como para sentir miedo, sus jadeos eran suaves ahora que Mariko por fin la había dejado libre, al menos sus labios, viendo como descendía por su cuerpo para poder besar sus pechos, atrapando los pezones de la menor en tiernos besos lujuriosos, notando como la lengua pasaba de forma circular por ellos para estimularla mientras Ami respondía endureciendo sus pezones por el placer, llevándose una mano a los labios para morderlos mientras acariciaba el cabello de Mariko con la otra mano. Se sentía de lo mas bien, sus labios comenzaron a humedecerse y sus ojos a brillar con suavidad casi como si estuvieran llorosos pero no sentía tristeza si no felicidad por tener por fin lo que quería. La maid continuo bajando hasta llegar a las braguitas de Ami, tomándolas con las manos antes de bajárselas, viendo aquella preciosa vagina que parecía brillar al igual que los ojos de su propietaria.
-Mira como estas, estas de lo mas brillante y mojadita, déjame atenderte señorita.- Dijo Mariko en forma ceremonial antes de hundir los labios en los labios vaginales, arrancándole un gemido a Ami por la sorpresa y por no estar acostumbrada a esa sensación. La lengua de la maid era de lo mas precisa, paso por toda su rajita recogiendo los fluidos y sorbiéndolos antes de acercar el dedo pulgar al clítoris, acariciándolo de forma intermitente mientras con la lengua iba estimulando la entrada de su vagina, probando los fluidos que se filtraban por ella sabiendo que cada vez estaba mas y mas caliente.
-S...se siente demasiado bien...eres mala conmigo...sabes que es mi punto débil.- Respondió entre gemidos la pequeña que miraba hacia delante avergonzada por notar la lengua y dedos de su amante en su zona mas intima.
Pero eso no hizo que parara, si no que aumentara el ritmo, su lengua entro un poco en su cerrada entrada para probar como estaba por dentro, una vez acabo de estimularla, se relamió los labios y se levanto para mirarla con cariño, pasando la mano por su mejilla.
-Lista? Aun no me creo que no tengas miedo de mi. -Balbuceo cerca de su oído como si ahora toda la fuerza se hubiera desvanecido.
-Nunca...tendría miedo ni asco de ti Mariko.- Respondió jadeante Ami mirándola con ternura antes de tragar saliva y levantar un poco una de sus piernas. -Te quiero y quiero todo de ti.
Mariko no se alejo demasiado, solo se aparto un poco la cintura para quitarse las braguitas y entonces su falda se levanto un poco por el miembro que tenia escondido en el, Mariko era futanari. Desde el primer momento Ami lo había sabido, aquel día en que se habían dejado llevar por sus pasiones Mariko dijo que no era chica del todo, que desde siempre había tenido ese miembro en su cuerpo y que no debería acercarse, pero a Ami no le importaba, le importaba solo la persona que había, ademas de que en el interior lo prefería ya que no era lesbiana del todo pero con Mariko era todo distinto.
-Tu también has estado impaciente, mira lo dura que la tenias. -Dijo con una sonrisa pervertida Mariko antes de llevar un dedo a sus labios vaginales para separarlo y que le fuera mas fácil adentrarse en su interior.
-Es porque me vuelves loca, si los señores de la casa se enteraran me despedirían en el acto. -Respondió Mariko acercando el miembro a la vagina rosada de Ami, pasando el glande por su entrada antes de empujar con mucha suavidad su cadera para que se fuera adentrando.
El interior de Ami era muy estrecho, no se había dilatado del todo pero por fortuna Mariko no era violenta, se tomaba su tiempo, hacia entrar el glande en suaves movimientos y lo sacaba, cuando veía que estaba esa parte dilatada continuaba, así con cuidado hasta que entraba del todo dejando a una jadeante Ami siendo penetrada de pie. Ambas chica se besaron entre gemidos, Mariko atrapo las manos de Ami alzándolas por encima de la cabeza para que no se pudiera mover mientras la pared ayudaba a Ami a no caerse, manteniendo el equilibrio como podía mientras notaba como todo su interior era revuelto por el miembro de la maid que chocaba con la entrada de su útero pero sin entrar, solo besando la entrada con su glande.
-Grande...aaah...no se cuanto…-Dijo Ami entre besos antes de que fueran acallados nuevamente por los de Mariko que no dejaba de mover la cintura ni un solo segundo, lenta pero aumentando el ritmo a cada minuto que pasaba, queriendo ella también saciarse pero a la vez queriendo que todo aquello no acabara nunca.
Los fluidos comenzaron a bañar el suelo, haciendo un pequeño charquito mientras la pasión de ambas mujeres llevaban a su climax, la vagina de Ami se apretaba antes de correrse mordiendo un poco la lengua de Mariko por estar entre besos antes de que el miembro de Mariko estallara en su interior, pintando su interior de blanco entre espasmos de placer al mismo tiempo que los fluidos cálidos de Ami cayeran al suelo conforme se corría liberando el semen que estaba llenando su interior.
Ambas chicas dejaron de separarse para abrazarse, bajando temblorosa la pierna de Ami pero sin dejar de estar unidas por el miembro, poniendo las cabezas cada una en el hombro de la otra recuperando el aliento. Entonces lentamente Mariko tomo la cabeza de Ami y la beso con dulzura antes de sonreír.
-Parece que estas sucia...quiere que prepare un baño?- Pregunto suavemente antes de recibir un nuevo beso por parte de la pequeña.

-Solo si te metes conmigo.-Respondió intentando averiguar como llegaría hasta la bañera, sus piernas temblaban demasiado.

jueves, 26 de enero de 2017

Sueños húmedos


Sueños húmedos








Una noche calurosa como otra cualquiera, el verano parecía que quería entrar por la ventana sin dejar pasar apenas un rastro de brisa fresca. Shinji se encontraba tumbado en la cama con las sabanas por los pies y eso era lo mas cubierto que estaba quitando un pijama de lo mas fresco que consistía en unos pequeños pantalones con una camisa corta que estaba un poco levantada y dejaba ver parte de su vientre. Levanto una de las manos para colocarla cerca de la frente abriendo suavemente los ojos a la oscuridad, solo viendo por el reflejo de la luna que iluminaba bastante pero no mas que una luz artificial.
-Maldita calor...a ver cuando acaba esta maldita ola...esto no me deja dormir bien...y apenas puedo rendir en clase.- Dijo Shinji de lo mas molesto mientras se encorvaba en la cama mirando todo a su alrededor para sentarse en la cama llevando su otra mano para atrapar un vaso de agua que en un principio debía ser fresca pero que ahora estaba a temperatura ambiente.
-Puaj…-Saco la lengua unos segundos, aquello apenas le había quitado la sed y mucho menos calmado la calor.
Con un largo suspiro miro todo lo que le rodeaba, estanterías llenas de libros de diferentes materias, algunos que eran para entretenimiento y algunos mangas. Un ordenador se encontraba apagado a un lado, normalmente jugaba o navegaba con el pero ahora estaba en los exámenes finales y estaba obligado a usarlo para uso exclusivo de sus trabajos, aquello mataba bastante su espíritu de jugador, seguidamente habían un par de peluches que había conseguido en una maquina del centro, una chica que la miraba sentado en el sillón que utilizaba para leer, había un poco de ropa tirada por el suelo sobretodo la ropa que había utilizado durante el día y un armario entrecerrado.
Shinji pestañeo suavemente antes de darse cuenta de lo que acababa de ver, mirando hacia su sillón favorito mientras el cuerpo de una chica devolvía la mirada traviesa hacia el estudiante. Por unos momentos Shinji pensó que estaba soñando, llevándose una mano a su mejilla para estirarla pero no, le dolía, incluso se había echo daño.
-Los humanos normalmente os hacéis daño al despertaros?- Pregunto la chica mientras colocaba las piernas en el sillón y las cruzaba, abrazando sus rodillas mientras sonreía de lo mas divertida.
No podía creer lo que estaba viendo, no era solo la cuestión de que una chica estuviera en su habitación cosa que no pasaba precisamente muy a menudo, si no que era una de las chicas mas extrañas que hubiera visto en su vida. Su cabello era de un color como de ceniza, un gris que no era desagradable y corto, no mas largo de la nuca, apenas estaba vestida, casi parecía que fuera con un picardias ya que lo único que llevaba era una especie de tanga de cuero de color rosa oscuro junto con un sujetador del mismo color, solo que este ultimo eran dos tiras de tela cruzando su espalda y su pecho. Pero eso no era lo relevante no, lo que era mas extraño era unos cuernos negros que sobresalían de su cabeza y una cola delgada acabada en punta flecha que se balanceaba de lado a lado.
-Yo prefiero otras técnicas para despertarme, pero tengo hermanas que les gusta esas cosas de pegarse nada mas despertarse.- Continuo diciendo la chica antes de levantarse de un salto del sillón y empezar a caminar hacia la cama.
-Esto...esto es broma verdad? Como diablos has entrado aquí? Quien eres?!- Pregunto asustado aunque su figura era muy bonita cosa que hizo que tragara saliva pesadamente mientras observaba como se iba acercando.
-Preguntas preguntas…- Contesto la chica antes de apartar un poco el sujetador dejando que Shinji viera un pecho de lo mas hermoso coronado con un pezón rosado. -Quieres preguntar o prefieres seguir creyendo que es un sueño? Me voy a alimentar de ti estés despierto o dormido, hagamos esto de una forma agradable.
Los labios de la mujer, que por su forma de parecerse era una sucuba, dibujaron una expresión de perversidad antes de fundir sus labios en los de Shinji que aun parecía no creérselo ya que se resistía un poco. Pero eso solo fue momentáneo ya que aquella saliva, los mullidos labios de la sucuba junto con su manejo de la lengua estaban dejando como adormecido el cuerpo de Shinji que estaba perdiendo toda fuerza, no solo física si no también de voluntad.
-Mira que bueno que eres...así...así…- Se relamió la sucuba volviéndolo a besar mientras se quitaba la poca ropa que tenia, quedando su figura desnuda encima de Shinji, ayudándolo a quitarse parte de la ropa, dejándolo de igual manera y arrojando los trapos a un lado. -Mira que ardiente que eres...esto es por el calor...o porque te alegras de verme?
La risa de la sucuba golpeo la mente de Shinji que apenas ya se resistía, de hecho se sentía muy caliente y quería pasarlo bien con aquella desconocida, después de todo prefería estar despierto que no que abusara de el dormido. La cola de la sucuba paso por el miembro de Shinji que ya estaba medio erecto, pasando como si fuera una mano, masturbandolo hacia abajo para que pudiera crecer en todo su esplendor.
-Que...me estas...haciendo…- La mano de Shinji paso por la espalda de la sucuba sin encontrar ningunas alas pero si que fueron a por las nalgas de aquella chica que eran de lo mas suaves, se estaba sorprendiendo de tener una chica como aquella encima de el pero no se iba a cuestionar sueños imposibles.
Con la cola comenzó a masturbar a Shinji que cada vez se sentía mas y mas mareado antes de que la sucuba arrancara un gemido al sentir las manos de Shinji en sus nalgas, relamiéndose por lo que estaba viendo.
-Voy a alimentarme...me parece que es algo lógico en nosotras no crees? No te contengas...quieres saborear algo que te dejara sin aliento? -Pregunto antes de levantarse y tumbarse en la cama.
Las piernas de la sucuba comenzaron a abrirse de tal manera que sus labios vaginales se entreabrían dejando ver un agujero de lo mas estrecho y rosado, con la cola se tapo el agujero de su anito para que no tuviera la tentación de jugar con el mientras ofrecía su vagina al humano.
-A que tienes ganas de jugar con el? Adelante, disfrútalo...lléname de tu semilla y déjame bien llena.- Se relamió la sucuba que cada vez parecía mas y mas juguetona.
Shinji no se podía creer lo que estaba viendo y en ese momento su miembro palpitaba con mucha fuerza, casi parecía tener vida propia así que solo dudo unos segundos en ponerse de rodillas en la cama para ir acercándose a ella. Cuando estuvo encima de la sucuba, tomo el miembro con la mano derecha mientras con la izquierda palpaba los labios vaginales de la sucuba sintiendo un calor que nunca había notado y lo húmeda que estaba.
-Pasara...sin problemas...menudos preliminares...que hemos hecho.- Comento Shinji colocando el glande justo en la entrada antes de empezar a mover la cintura empujando el miembro hacia dentro notando como las paredes envolvían el miembro dejando que conforme la sucuba gemía de placer el propio Shinji soltara un jadeo.
-Tu jugarías con la comida? Ahm...Pero no lo mires así...lhm...piensa en que los sueños son breves...debes disfrutarlos mientras puedas.- Contesto la sucuba que gemía de lo mas suave mientras el miembro entraba en su interior, sintiéndose llena pero eso era artificial ya que su interior seria igual de grande que la persona que quisiera entrar en ella.
A Shinji ya no le importaba, estaba viendo con deseo a aquella chica, tanto que mientras movía la cadera abrazo a la chica para que no se escapara, tomándola de la cadera en un principio para hacer mas certeros sus movimientos para pasar las manos por sus hombros para tirar su cuerpo hacia abajo y ella misma se pudiera mover un poco mas.
-Parece que lo vas….ah...comprendiendo...hundela bien humano.- La vagina de la sucuba envolvía el miembro de Shinji que cada vez parecía sentirse mas y mas bien, no sabia como estaba aguantándose las ganas de correrse, seguramente era la propia sucuba la que estaba impidiendo que se viniera para divertirse.
En un rápido movimiento la sucuba tiro a Shinji a la cama dejando que los ojos de la chica le miraran de forma penetrante mientras se volvían de un color rosado, sacando un poco la lengua del placer para empezar a mover la cintura de arriba a abajo, cabalgandole rápidamente. El único sonido que había en ese momento era el de la sucuba gimiendo, mordiéndose el labio inferior para intentar contenerse mientras que sus nalgas chocaban con la cintura del joven Shinji que agarraba su caderas maravillado por el erótico espectáculo que le estaba ofreciendo. Los pechos de la sucuba se balanceaban de arriba a abajo, sus manos pasaban por la vagina y el pecho de Shinji para estimularlo y sus gemidos eran como música para sus oídos.
Entonces sin poder contenerse mas el miembro de Shinji comenzó a endurecerse mas y a crecer en el interior de la sucuba antes de que el propio joven arqueara su espalda viniéndose con fuerza en el interior de la sucuba. Sentía como la vagina de la sucuba se empapaba de mas como si ella misma se hubiera corrido a la vez, al igual que un largo gemido al notar como el semen cálido entraba en su interior. La mirada de lujuria de la sucuba era un poema, sus labios estaban de lo mas empapados y su vagina parecía encerrar el miembro en su interior para que no saliera hasta que no hubiera extraído la ultima gota de su preciada comida. Ambos jóvenes se miraron, cruzando sus miradas antes de que la sonrisa de la sucuba se volviera enigmática.

De repente Shinji se despertó de golpe como si hubiera recibido un cubo de agua caliente. El sol se filtraba por la ventana y su habitación antes iluminada de forma tenue ahora estaba como caldeada, definitivamente el verano había decidido entrar en su habitación. Todo había sido un sueño, era imposible que una chica tan guapa como aquella sucuba existiera, era imposible, eso solo pasan en los mangas para pervertidos. Se llevo una mano a la cabeza y se levanto pero algo fallaba, hacia calor pero se sentía como...fresco. Miro hacia abajo y vio que no llevaba pantalones, su cama estaba empapada no solo en sudor aquello parecía...y esos pelos que había en su almohada eran...grises.